Desde mi condición de integrante de las FARC en proceso de reincorporación a la vida civil, e hijo de esta alma mater, convoco a todos los estamentos universitarios y en especial a sus autoridades académicas y administrativas, a continuar el debate libre y franco alrededor de los problemas más apremiantes del país, con miras a sanar las heridas que ha dejado la guerra, convencido que la universidad tienen un papel protagónico que jugar en “la construcción de la paz estable y duradera” que se selló en los acuerdos de la Habana, entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP.